Uno de los aspectos en los que podemos ahorrarnos unos eurillos a la hora de viajar es en el presupuesto que dedicamos a algo tan indispensable como alimentarnos. La opción habitual para los viajeros menos dados a los caprichos gastronómicos caros es dar con sus huesos en las hamburgueserías que todos conocemos. Pero eso siempre debería ser una opción de emergencia. Para que no se convierta en la norma, ahí van unos breves consejos para que las ganas de comer no se transformen necesariamente en un hachazo sin compasión.
- Como norma general, evita comer en los aeropuertos, pues, como habrás podido sufrir en numerosas ocasiones, el precio es mucho mayor y la calidad no sigue la misma norma.
- Una vez en tu lugar de destino, trata de no acudir a los restaurantes típicos de turistas. Averigua dónde comen los locales y explora, lo que te proporcionará una experiencia más auténtica… y, con toda seguridad, más económica.
- Si eres precavido y te gusta llevar algo de fruta o un tentempié para comer entre las comidas principales, cómpralo en los mercados locales.
- Consume productos de temporada.
- Si estás alojado en un lugar con nevera, no te cortes y haz pequeñas compras para tener comida en el hotel por si acaso.
1 comentario:
Muy buenos consejos! La verdad es que hay que tener cuidado al comer cuando viajamos porque los lugares de las zonas turísticas son los más caros y de menos calidad. Yo siempre que viajo intento informarme por la red o consultando a otros viajeros sobre lugares donde comer bien y a buen precio y la verdad es que merece la pena :p
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