La ciudad noruega de Trondheim ha celebrado este año el decimoquinto aniversario de su ascensor más famoso: su sube bicicletas Trampe.
Similar al mecanismo de un arrastre de esquí, el elevador de la colina Brubakken tiene una longitud de 130 metros y lleva desde el Puente Viejo hasta la fortaleza 'Kristiansten'. Salva una cuesta de un 20% de inclinación y puede transportar hasta seis ciclistas a la vez, unos 300 a lo largo de una hora.
Este elevador funciona con una tarjeta prepago o una tarjeta electrónica que el usuario puede comprar por 100 coronas noruegas al año (unos 11 euros) y está situado en una colina que alberga la segunda universidad del país más importante después de Oslo. Por esta razón, la mitad de los que utilizan este mecanismo son estudiantes. El 90% de los 30.000 alumnos de esta universidad utiliza la bici para desplazarse habitualmente.
Este ascensor, que funciona desde las 7:00 hasta las 22:00 horas, llama la atención de residentes y turistas que se animan a coger la bici, aunque también es utilizado por peatones, patinadores y hasta padres con carritos de niños. Desde su instalación, las encuestas ciudadanas han registrado un aumento del 41% del uso de las dos ruedas.
No obstante, dejarse arrastrar cuesta arriba con una bicicleta no resulta tan sencillo, sobre todo al principio. Es importante saber mantener el equilibrio. El ciclista debe situarse paralelamente a unos 10 centímetros del pedal donde debe introducir el pie derecho. Sin soltar la bici, el usuario deberá apoyar parte de su peso en el elevador y mantener la pierna derecha estirada para no acabar en el suelo. La velocidad a la que sube es de siete kilómetros por hora. Aunque aseguran que la subida es suave y cómoda, no faltan las caídas de los principiantes
Similar al mecanismo de un arrastre de esquí, el elevador de la colina Brubakken tiene una longitud de 130 metros y lleva desde el Puente Viejo hasta la fortaleza 'Kristiansten'. Salva una cuesta de un 20% de inclinación y puede transportar hasta seis ciclistas a la vez, unos 300 a lo largo de una hora.
Este elevador funciona con una tarjeta prepago o una tarjeta electrónica que el usuario puede comprar por 100 coronas noruegas al año (unos 11 euros) y está situado en una colina que alberga la segunda universidad del país más importante después de Oslo. Por esta razón, la mitad de los que utilizan este mecanismo son estudiantes. El 90% de los 30.000 alumnos de esta universidad utiliza la bici para desplazarse habitualmente.
Este ascensor, que funciona desde las 7:00 hasta las 22:00 horas, llama la atención de residentes y turistas que se animan a coger la bici, aunque también es utilizado por peatones, patinadores y hasta padres con carritos de niños. Desde su instalación, las encuestas ciudadanas han registrado un aumento del 41% del uso de las dos ruedas.
No obstante, dejarse arrastrar cuesta arriba con una bicicleta no resulta tan sencillo, sobre todo al principio. Es importante saber mantener el equilibrio. El ciclista debe situarse paralelamente a unos 10 centímetros del pedal donde debe introducir el pie derecho. Sin soltar la bici, el usuario deberá apoyar parte de su peso en el elevador y mantener la pierna derecha estirada para no acabar en el suelo. La velocidad a la que sube es de siete kilómetros por hora. Aunque aseguran que la subida es suave y cómoda, no faltan las caídas de los principiantes
1 comentario:
Yo quiero uno.
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