Japón

Que viaje mas magnifique!! (como dirian los franceses)
Llegamos a Japón el 05 de junio, muertos por el avión y con los nervios destrozados, casi perdemos el vuelo.
Pero todo se nos pasa al llegar al aeropuerto, pareciamos niños, mirandolo todo a la derecha, a la izquierda…

El hotel Edoya magnifico, en servicio, limpieza, amabilidad…, sin palabras. Y dormir en el suelo ha sido una experiencia muy gratificante, me siento mucho más cómoda que en un somier, os lo aconsejo.

Y de Tokio que puedo decir? Que nos impacto a los cuatro, que nos dejo huella y que nos entusiasmo. Tokio es la tarde – noche, ahí es donde realmente vees su esplendor. Si sales por la mañana y quieres volver por la noche, te perderás. La ciudad cambia de el día a la noche, se transforma

Lo que más nos gusto, además de la comida, jajaja, fué su gente. Los japoneses son amables, educados, respetuosos y se desviven por ayudarte. No tendrás poblemas para hacerte entender, si hablas un poco de ingles, será suficiente, porque ellos se esforzarán para entenderte y hacerse entender.

Lo que más nos desgusto fue que no habían dulces!!!!!, os lo podeís creer? Pues era casi una misión imposible localizar un dulce, y peor si querías que el azucar endulzará el té, eso sí que era difícil.

Pero se nos olvidaban las ganas de dulces cuando ibamos a Akihabara, allí eran ganas de COMPRAR! COMPRAR! Y COMPRAR!, y es que había de todo. No es que estuviera tirado de precio, pero en muchas cosas te ahorrabas algunos euritos y en otras sabías que nunca llegaría a España.

Fuimos a muchos sitios, todos en Tokio, ya que es tan inmensa que aun habiendo estado 12 días allí, realmente no vimos nada. Ginza, Nihonbashi, Harajuku, Nakano, Minato, Sibuya, Ueno, Omotosanto, Sinyuku…

Una de las cosas que más me asombró fue el cruce de Sibuya, la cantidad de personas que pasaban por ahí, a cada momento y en todas la direcciones. Nos fuimos a una cafetería que estaba en alto a observar a la multitud y te quedabas mirando eclipsado por el gentío.

La Torre de Tokio, la Estatua de la Libertad, parecía que no estabas en Japón. La Torre inmensa y parecida a la de Paris, un poco más alta y más colorida, para mí más impresionante y la Estatua de la Libertad más pequeña que la de los neoyorquinos, pero igualmente asombrosa.

Y como disfrutamos en Toikio Disney Sea. Con Mickey y compañía, hicimos millones de fotos. Aunque hay dos parques en Tokio de Disney, elegimos este en especial porque es el típico de Japón, el otro parque Tokio Disney Resort, es como el que hay en Paris o en Orlando.

Me gustarón muchos los templos, todos los que vimos, que fueron poquitos. Al estar allí, era como si cambiaras de país, del ajetreo y las luces de la ciudad a los árboles, el silencio y la tranquilidad de los Templos. Hicimos fotos, pero no quisimos entrar dentro, por respeto, pero si ya por fuera eran maravillosos, no quiero imaginarme como serán por dentro.

Podría estar escribiendo y escribiendo sobre este fantastico viaje, cada lugar que estuvimos, cada comida que saboreamos, cada anectoda que tuvimos, pero no habría fin y no quiero ser pesada, lo último que digo es ID, ID A JAPON