
Eso sí, un detalle a tener en cuenta: las filas que se forman para acceder a los museos son impresionantes, por lo que casi es más recomendable sacar las entradas a través de Internet (entrando en la web biglietteriamusei.vatican.va). Eso sí, habrá que pagar cuatro euros más, pero merece la pena evitar la fila.
Otro de los detalles importantes es recordar que para entrar a los Museos y a la Basílica hay que llevar los hombros y las rodillas tapados y no demasiado escote.
Una vez hecho todo esto, podemos entrar a los museos, que son realmente impresionantes. Tienen dos plantas, y varias salas que hay que recorren en un orden preestablecido: Museos y Colecciones, Palacios Pontificios y Basílica de San Pedro. A lo largo de este recorrido, que puede durar varias horas, podremos apreciar obras de arte de toda la historia: desde las antigüedades egipcias (hay una momia envuelta en un sudario de lino), pasando por antigüedades cristianas, obras pictóricas de Rafael, Perugino o Caravaggio; arte religioso moderno…
vía: www.cosasdeviajes.es
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